Todo mundo sabe en que consiste pero al parecer nadie puede decir de donde proviene:
¿Quién lo inventó?, ¿Quién lo dió por primera vez ?, ¿Si le gustó?, y sobre todo, por qué se llama
francés

 

El único idioma universal es el beso.
Alfred de Musset

En la prehistoria las mujeres mascaban la comida para sus pequeños. La boca, la lengua y los dientes, eran instrumentos para la vida práctica, de acuerdo a la interpretación darwiniana del inglés Desmond Morris, en El mono desnudo, 1967. Con el surgimiento de las civilizaciones el contacto entre las bocas para dar y recibir alimento, se convierte en un rito de reconocimiento entre las familias, los clanes y el poder, civil y divino. Las más antiguas referencias al beso con lengua y saliva se remontan a la cultura taoísta, en la que el beso era considerado un acto de vida, portador de energía y la saliva de la mujer es comparada con miel de jade.

Las modas o los usos y costumbres del beso han variado notablemente de una cultura a otra. Pero su abcedario moderno se escribe en la ritualidad del amor cortés. Decía Octavio Paz en su ensayo La Llama Doble: "El amor (...) también es ceremonia y representación pero es algo más: una purificación, como decían los provenzales, que transforma al sujeto y al objeto del encuentro erótico en personas únicas."
En el complejo juego de correspondencias simbólicas del amor cortés, en la pluralidad de sus raíces, árabes, cátaras, cristianas... el juego de la ceremonia es al mismo tiempo umbral, premio, consumación y mancha.
Trás el ritual del beso en las culturas judeo-cristianas es posible avistar la transmutación de las escencias, el vino y el pan, la saliva y la lengua. La saliva es es espíritu y la vida, la lengua la carnalidad.

El caracter íntimo, exclusivo, que para el siglo XIII había adquirido el beso en los reinos influidos por la cultura provenzal se constata en la historia de Paolo y Francesca, descubiertos en un beso, mueren asesinados y están condenados a verse pero no tocarse, cuando Dante los encuentra en el infierno. Con frecuencia en literatura del Renacimiento y el Romanticismo, el beso era una figura retórica, el todo por la parte, para referirse a la consumación del acto sexual.

El beso de Paolo y Francesca es el beso más decisivo para la historia de la pintura europea. Reinterpretado a lo largo de ocho siglos. Rodin lo consagró en su trabajo monumental sobre La Divina Comedia.

En la fastuosidad creciente de las cortes de Europa en el siglo XVI, especialmente en Francia, el beso regresa a la escena pública como un toque de refinamiento y escalón en el cortejo amoroso. Es alrededor de esta época que el beso final consagra las ceremonias matrimoniales. Es el hombre quien da el beso y en este acto afirmativo se asume también su papel de alimentador, físico y espiritual.

Muy posiblemente el "beso francés" fue diseminado por los soldados. Por ejemplo en la leyenda de "El Beso" que recoje Gustavo Adolfo Bécquer en el siglo XIX, un grupo de soldados franceses acampan en la catedral de Toledo, tras una noche de copas, el capitán, por días deslumbrado con la efigie de Doña Elvira de Castilla se aproxima a ella para apagar en un beso el ardor que lo consume.

Las modas y los grados de permisibilidad del beso y toda manifestación erótica pública varían según la época y la geografía; en el siglo XIX, el concepto de república y ciudadanía redefinen el espacio de lo privado y lo público. Paralelamente la nueva consagración al trabajo de la Revolución Industrial y el racionalismo, desplazan y reprimen las manifestaciones de la carne.

Sería el cine, el gran maestro sentimental del siglo XX, el que traería el beso a la escena pública. La oscuridad de las salas ofrecía un entrenamiento completo. Se podía mirar a gusto sin miedo a ser sancionado por voyeur, y se podía practicar in-situ las técnicas recién aprendidas. El caracter subversivo del cine fue bien pronto sancionado por las ligas de la decencia y los comités de censura, con cronómetro en mano se prohibía o cortaba un beso y los vigilantes con lamparita recorrían los pasillos sorprendiendo a los posesos. Un beso a la francesa o de lengüita ni hablar. Ver a todo lo ancho de la pantalla la carne rosada, la saliva, el movimiento retráctil del músculo lingüinal y escuchar en sonido Dolby estéreo la fricción del líquido con la piel, era impensable.

Cómo saber quién fue el primero en dar un beso francés y siquiera, si era francés, lo cierto es que uno de los gestos de mayor intimidad humana. El momento en que se despliegan todos los sentidos y una enorme carga inconsciente y prehistórica. Es la transmutación del uno en el otro y la prolongación de la vida por un río... sí, de baba.

¿Es indecente besar?. Sólo si lo haces bien.

Woody Allen

Durante un beso se ponen en acción más de 30 músculos faciales.
En el beso erótico intervienen cinco de los doce nervios craneales que afectan las funciones cerebrales.
La Biblia es el primer libro que describe perfectamente el beso, con 40 alusiones tan sólo en el Antiguo Testamento.
El mayor número de besos en una película lo dio John Barrymore en Don Juan, 1927.
El beso más largo del cine duró 3 minutos y 5 segundos y se lo dieron Jane Wyman (ex de Ronald Reagan) y Regis Toomey en Ahora estás en el ejército.
Dror Orpaz y Carmit Tzubara, de Tel Aviv, protagonizaron en 1999, el beso más largo registrado en la realidad: 30 horas y 45 minutos con las bocas pegadas, antes de ser trasladados al hospital con fuertes dolores en la cara.

El libro de los besos, Tomima Edmark. Ed Summit

El sector del cerebro que procesa las sensaciones de los labios, es mayor que el sector que procesa las sensaciones del torso completo, por eso un beso provoca una reacción sensorial tan intensa.
Cinco nervios envían señales al cerebro en el proceso del beso:
El nervio olfatorio percibe el olor del aliento.
El nervio glosofaríngeo hace sentir el gusto por ese olor.
El nervio facial hace poner la boca “en posición de beso”; y el nervio hipogloso transmite instrucciones a la lengua.
Mientras tanto, el nervio trigémino mantiene el cerebro constantemente informado de todo el proceso.

El beso en el Kamasutra

El Beso con una muchacha, existen tres clases de besos:

1. El beso nominal: Cuando una muchacha tan sólo toca la boca de su amante con la suya, pero no hace nada más, se llama "beso nominal".
2. El beso palpitante: Cuando una muchacha, dejando a un lado su timidez, desea tocar el labio que está presionando contra su boca y con ese fin mover su labio superior pero no el inferior, se denomina "beso palpitante".
3. El beso de tocamiento: Cuando una muchacha toca el labio de su amante con la lengua y, con los ojos cerrados, pone sus manos en las de su amante, recibe el nombre de "beso de tocamiento". Krishna y Radha en el bosque artista desconocido Esta pareja es el paradigma del amor mortal.

Otros autores describen cuatro tipos más de beso:
1. El beso directo: Cuando los labios de dos amantes entran en contacto directo, a esto se llama "beso directo".
2. El beso inclinado: Cuando las cabezas de los amantes están inclinadas una hacia la otra y, en esa guisa, se besan, se denomina "beso inclinado".
3. El beso girado: Cuando uno de ellos gira la cabeza del otro, sosteniéndole la cabeza y la barbilla, y luego se llama "beso girado".
4. El beso apretado: Por último, cuando el amante es presionado con mucha fuerza, recibe el nombre de "beso apretado". Hay, asimismo, una quinta clase de beso, denominada "beso muy apretado", el cual se realiza sosteniendo el labio inferior entre dos dedos y luego tocándolo con la lengua, apretándolo con gran fuerza con el labio. Cuando un hombre besa el labio superior de una mujer, mientras ella hace lo mismo con su labio inferior, es el llamado "beso del labio superior". Cuando uno de ellos toma los dos labios del otro entre los suyos, se denomina "beso de agarre". Una mujer, sin embargo, realiza este tipo de beso sólo con un hombre que no tiene bigote. Y si uno de ellos, al darse este beso, toca los dientes, la lengua y el paladar del otro con su lengua, recibe el nombre de "combate de la lengua". Del mismo modo, se puede practicar la presión de los dientes de uno contra la boca del otro. El beso es de cuatro clases: moderado, contraído, apretado y suave, según las diferentes partes del cuerpo que se besen, ya que cada tipo de beso es aropiado para una parte distinta del cuerpo.

Cuando una mujer mira al rostro de su amante mientras él está dormido y le besa para mostrarle su intención o deseo, se llama "beso que enciende el amor". Cuando una mujer besa a su amante mientras éste se encuentra ocupado con su trabajo, mientras está discutiendo con ella o mientras está contemplando a otra persona, de forma que su mente se halla distraída, se denomina beso que distrae la atención. Cuando un amante, al regresar a su casa por la noche, besa a su amada, que está durmiendo en su lecho, para mostrar sus deseos, se llama "beso que despierta". En ese momento, una mujer puede fingir que está dormida cuando llega su amante, para conocer sus intenciones y ganarse su respeto. Cuando una persona besa la imagen de otra persona a la que ama, reflejada en el espejo, en el agua o sobre la pared, recibe el nombre de "beso que muestra la intención". Cuando, por la noche, en el teatro o en una reunión de varones, un hombre se dirige a una mujer y le besa un dedo de una mano, si está de pie, o un dedo de un pie, si está sentada, o cuando una mujer, lavando el cuerpo de su amante, pone su rostro sobre el muslo o el dedo gordo de su pie, se llama "beso demostativo". Hay también un verso acerca de este tema, cuyo tenor es el que sigue: "Cualquier cosa que un amante haga al otro, éste debe devolvérselo. Es decir, si la mujer le besa, él debe besarla; si ella le golpea, él debe también golpearla".

 

 

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