ATRÁS


Gutierre de Cetina

 

(Sevilla 1520 - Puebla 1554)


 

 

 

A la Aurora 

Horas alegres que pasáis volando 
porque a vueltas del bien mayor mal sienta; 
sabrosa noche que en tan dulce afrenta 
el triste despedir me vas mostrando; 

importuno reloj que, apresurando 
tu curso, mi dolor me representa; 
estrellas con quien nunca tuve cuenta, 
que mi partida vais acelerando; 

gallo que mi pesar has denunciado, 
lucero que mi luz va oscureciendo, 
y tú, mal sosegada y moza aurora, 

si en vos cabe dolor de mi cuidado, 
id poco a poco el paso deteniendo, 
si no puede ser más, siquiera un hora. 

* * *

Entre armas, guerra, fuego, ira y furores 
que al soberbio francés tienen opreso, 
cuando el aire es más turbio y más espeso, 
allí me aprieta el fiero ardor de amores. 

Miro el cielo, los árboles, las flores, 
y en ellos hallo mi dolor expreso, 
que en el tiempo más frío y más avieso 
nacen y reverdecen mis temores. 

Digo llorando: "¡Oh dulce primavera, 
cuándo será que a mi esperanza vea 
ver de prestar al alma algún sosiego!" 

Más temo que mi fin mi suerte fiera 
tan lejos de mi bien quiere que sea 
entre guerra y furor, ira, armas, fuego

 

Se compara con Icaro 

Amor mueve mis alas y tan alto 
las lleva el amoroso pensamiento, 
que de hora en hora así subiendo siento 
quedar mi parecer más corto y falto. 

Temo tal vez mientras mi vuelo exalto; 
mas llega luego a mí el conocimiento 
y pruébase que es poco en tal tormento 
por inmortal honor un mortal salto. 

Que si otro puso al mar perpetuo nombre 
do el soberbio valor le dio la muerte, 
presumiendo de sí más que podía, 
de mí dirán: "Aquí fue muerto un hombre 
que si al Cielo llegar negó su suerte 
la vida le faltó, no la osadía". 

* * *

Vos sois todo mi bien, vois lo habéis sido; 
si he dicho alguna vez, señora mía, 
que habéis sido mi mal, no lo entendía: 
hablaba con pasión o sin sentido. 

Yo soy todo mi mal, yo lo he querido; 
de mí viene, en mí nace, en mí se cría; 
tan satisfecha de él mi fantasía, 
que el mal no piensa haber bien merecido. 

Vos fuisteis, vos seréis mi buena suerte; 
si el mal desvarïar me hace al cuanto, 
esta es mi voluntad libre y postrera. 

Pues si, con verme al punto de la muerte, 
por ser por vos el mal lo tengo en tanto, 
¡ved que hiciera el bien si lo tuviera! 

 * * *

Tanto tiempo he en amar perseverado 
que el flaco ingenio, rústico y grosero, 
un pensamiento blando, a veces fiero, 
poco a poco lo ha hecho delicado 
y aquel sujeto vil atrás dejado 
que suele a un amador no verdadero 
desvïar de aquel bien puro y sincero 
en los amantes de hoy tan poco usado. 

Ya sé hacer de sabio diferencia 
entre amor y un deseo que es lascivo: 
sé cuánto el uno más que el otro vale. 

Mostrádome ha mi mal por experiencia 
que un triste desear, fogoso, esquivo, 
no es amor, ni de amor nace ni sale. 

 

 

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